THE B-SIDES
Este es uno de los peores relatos -que tengo conciencia- que alguna vez escribí. Es una porquería, pero me resultó posteable, por que es medio bizarro, digno de un limadito.
Dedicado a mi psicóloga Andrea Smith, que siempre me atiende cuando tiene resaca. Besos....
Ahora lean esta mierda, que ni título tiene......
Recuerdo con garbo aquella noche, Rodolfa, aquella noche en la cual nos conocimos. Yo pasé a buscarte por aquella pensión en la cual vivías. Todavía tengo presente cuando golpeé la puerta de tu habitación, la número 13. Cuando me abriste la puerta, te miré a los ojos y te di el ramo de Flores de Bach que traía escondido detrás de mí, utilizando para disimularlo mejor, aquella gabardina negra, que traía puesta. Tengo presente tu mirada, esa mirada que demuestran solo tus ojos cuando están desconformes. Y si, tú me hiciste conocer que, realmente, tengo un gusto apestoso. Las flores eran un asco.
Aún me sonrío al acordarme de cuando salimos de la pensión, que el encargado te insultó de pies a cabeza por que le debías tres meses de la renta, los cuales nunca pagaste, y hasta el día de hoy te busca el pobre hombre...
Pero mi rostro cambia al recordar, que así como engañaste a aquel humilde inmigrante peruano ilegal, cambiándole un billete de mil pesos que te dio, por uno de cinco, me engañaste, me tomaste por un idiota, y encima secuestraste a mi pobre pez dorado, Ricardo, al que adoraba y le puse ese nombre por que sabía que te encantaba. Por mi pez me pediste un rescate millonario, el cual te hice llegar, pero el pez nunca me lo devolviste. Ni siquiera dentro de una bolsa, mutilado. Le tuve que haber hecho caso a mi madre, me tendría que haber comprado uno nuevo en el acuario. Hubiera evitado quedarme en banca rota... si el pobre Ricardo me valió veinte pesos en Tristán Narvaja...
Así que es por tu causa que estoy aquí, solo, triste y abatido. Dicen que las causas perdidas, perdidas están, pero no puedo evitar darme la cabeza contra la pared hasta que la materia gris salga por la herida, ya que por seguirte y amarte, estoy donde estoy... el dinero que me hurtaste, era lo único que tenía, por ende, quedé en la calle, remataron mis propiedades, mis muebles, y hasta la pecera, donde vivía contento Rodolfo... yo no lo quería decir, pero conociéndote, sé que te lo comiste, ¡muerta de hambre!.
Por dicho acontecimiento, decidí hacer lo que tu... mendigar. Pero no alcanzaba ni siquiera para costear aquel champagne Möet, ni caviar, ni siquiera un paquete de Soda Cracker, por lo que tuve que salir a robar...
Y aquí estoy. Encerrado en una celda, esperando mi ejecución. Por tu culpa maté a dos niños, hijos de un almacenero al cual le robé trescientos veinte pesos, al que también asesiné, y a su abuela... todo a causa tuya, maldita perra... y agradece que es el primer insulto que esgrimo hacia ti, puta mal parida, andá a la concha de tu madre...
Nunca tuve que haberte dado aquella moneda que me pedías para tomar un vino, una fría noche de Julio, por 18 y Río Negro...