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El casino.... es la tercer vez que vengo. Las dos primeras veces me fué muy mal. La ultima vez me fundí, tal cual. Ahora volvemos al paño verde, a jugarle unas fichitas a la vida, y ver cuanto podemos sacar. La suerte tiene que cambiar.
Las cartas están echadas, yo me juego todo a este numero... si, está bien, este está bien. La ruleta ya está girando y todo parece que va a ir bien, parece que se queda en mi numero, voy a ganar!
Todo lo que tengo y puedo llegar a tener está sobre este verde tapete. Y es mi ultima apuesta. Todos me dicen que soy joven, y que puedo volver, pero no creo que sea asi. Mientras el azar no me indica que sucede, yo me siento ganar, en un principio... pero todo no es mas que esperanza. Veo casi detenerse la ruleta que decide mi destino.
Me sentía ganar. Sentía que iba a tener todo. Ahora, veo que mientras se va deteniendo ya no tengo la misma energía que antes, siento que voy a perder.
No puedo tomar mis fichas y retirarme, no me lo permiten, y está bien que sea asi. Por que sino, no ganaría nada, y todo esto no tendría sentido.
Cada vez que se frena un poco la ruleta, y la bola comienza a elegir el lugar donde se va a quedar, siento que me quedo sin nada, y parece que todo juega en mi contra, a propósito. El casino está empeñado en que me vaya mal. Quizás lo unico que le interesan son mis fichas, lo demás es todo mentira.
Al fin se detuvo. Y hay dos formas distntas de perder. Cuando gana otro jugador, es una, pero la peor forma de perder, es cuando gana la casa...
...Y yo perdí todo. Salió el 0.
El casino me da náuseas. Ya no voy a volver a esa mesa. Perdí todo y no voy a intentar recuperarlo. Ya fué suficiente.
Pero alguien mas podría hacerlo por mi, y esa es la unica manera de que yo vuelva a a pisar ese lugar. De suceder, estaré esperando. Durmiendo, solo, en mi cama...